ABC.es, 24/08/2012
PABLO MELÉNDEZ-HADDAD
 
Konzert, Festival de Peralada, 22. August 2012
 
Jonas, el gran seductor
 
El talento y pasión de Jonas Kaufmann triunfó en el Festival Castell de Peralada con su interpretación de Bizet y Wagner
 

Una cuerda del arpa que se cortó nada mas comenzar el concierto –en la obertura de la innombrable «Forza» verdiana– impuso con sus minutos de retraso todavía más misterio al ya saludado como el «Concierto del verano»: el debut en el Festival Castell de Peralada del tenor del momento, Jonas Kaufmann, quien triunfó sin paliativos ante un auditorio que esperaba con ansias su actuación.

Decíamos en estas mismas páginas que este es un escenario de voces, más todavía si se trata de la cuerda tenoril. Y como en este caso se trata del tenor más deseado del momento, la cita era ineludible, convirtiendo la clausura de la XXVI edición del evento ampurdanés en un éxito de proporciones gracias a su arte y magnetismo.

Pues eso: por su talento y pasión, Kaufmann arrasa allí donde va; guaperas, encantador, demostró su fuste desde que el martes pisó tierra en el aeropuerto de Barcelona, en el que atendió a la prensa antes de trasladarse a Peralada para una prueba de sonido. Ante el público compareció juvenil e impecable; barba de un par de días, camisa sin corbata y pantalones negros, zapatos de charol y un blazer entallado color plata complementaron una presencia escénica que provocaba suspiros en el patio de butacas.

Ya desde su primera intervención el cantante alemán trajo a la memoria toda una tradición interpretativa, ganándose al público con sus lacrimógenas y viriles versiones. Kaufmann «se lo curra»: esa postura hasta cierto punto fría y algo hierática desaparece en cuanto abre la boca, ya que en su voz de importación inconfundible, oscura y con algo de artificiosa, cada aria cobra una fuerza especial, cargada de intención y trabajada al detalle, sin temerle al pianísimo allí donde él lo considere oportuno, casi siempre con resultados espectaculares: la verdad es que en su aria del Romeo de Zandonai, su Julieta hubiera resucitado ante tanta pasión.

Después de una primera parte dedicada a Bizet y a la «Giovane Scuola», Kaufmann dejó el final para centrarse en Wagner, lejos lo mejor de la velada, con soberbias e insuperables interpretaciones del «Winterstüme» y de «In fernem Land», demostrando que en el repertorio alemán no tiene competidores. Como regalo, y debido a las constantes ovaciones del público, propuso cinco propinas, entre las que destacaron una aplaudida «È lucevan le stelle», «Du wist die Welt für mich», la famosa «Non ti scordar di me» y la popular «Core 'ngrato».

La eficaz Orquestra de Cadaqués, bajo la batuta de Jochen Rieder, se puso al servicio del cantante mimándolo y acompañándolo con devoción.




 






 
 
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