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Proopera.mx,
septiembre-octubre 2010 |
por Ingrid Haas |
Puccini: Tosca, Munich, Julio 19, 2010
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Tosca
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Presenciamos la última función de la nueva producción de Tosca en el
Nationaltheater de Munich, con un elenco maravilloso encabezado por la
soprano Karita Mattila como Tosca, el tenor alemán Jonas Kaufmann como
Cavaradossi y el barítono finlandés Juha Uusitalo como Scarpia. Dirigió esta
función el maestro Marco Armiliato, en lugar del director Fabio Luisi, quien
había dirigido la première de dicha producción unas semanas atrás.
La producción es la misma que pusiera Luc Bondy en el Metropolitan de Nueva
York y que se transmitió en los cines alrededor del mundo. En este caso, por
tratarse de un teatro más chico que el Met, la escenografía se veía mejor, y
los espacios abiertos menos vacíos que en el teatro neoyorkino. Sigue
siendo, para mi gusto, un poco monótona, pero la excelente actuación de los
cantantes ayudó a dar vida a tan lúgubre escenario.
Mattila cantó mucho mejor el rol protagónico esta vez, sintiéndose más libre
en su emisión y dándole al personaje los matices necesarios para representar
tanto a la diva como a la mujer enamorada. Su ‘Visi d’arte’ fue muy emotivo
y, aunque tiene ciertos problemas con los agudos (se le calan y los corta
antes de tiempo), debemos decir que su actuación fue buena. El que tuvo
una noche maravillosa fue Kaufmann como Cavaradossi, un rol que le queda muy
bien y que esperamos mantenga en su repertorio por mucho tiempo. Kaufmann
empezó con una ‘Recondita armonia’ excelentemente bien cantada, matizando y
fraseando bellamente, con agudos seguros y dicción clara. Fue un deleite
tener por fin a un tenor que pudo cantar y sostener por largo tiempo los
famosos gritos de ‘Vittoria!’ en el segundo acto. Supo aligerar también su
timbre abaritonado para cantar un delicado y bello ‘E lucevan le stelle’ y
manejó muy bien sus piani en el dueto ‘O dolci mani’.
Uusitalo es un buen actor, de voz buena pero que, por alguna razón, no
convenció del todo como Scarpia. Sabiendo que ha cantado óperas de Wagner,
nos sorprendió escuchar su voz con tan poca potencia en la zona aguda y con
cierta opacidad en el centro.
Quien sí nos gustó mucho, a pesar de su corto papel, fue el bajo Chrisitan
van Horn, quien cantó Angelotti con un timbre grave, hermoso y sonoro.
Marco Armiliato dirigió bien a la orquesta de la Ópera Estatal de Baviera,
aunque en el segundo acto nos pareció que los tempi estaban un poco lentos y
faltó algo de energía en la escena del ‘Te Deum’. Buena función en donde el
tenor se llevó las palmas. |
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