|
|
|
|
|
Scherzo, Octubre 2013 |
Blas Matamoro |
|
Jonas Kaufmann - ÚNICO
|
|
Se
espera de Kaufmann lo mejor pero él se empeña en sorprender. Y lo consigue.
Vaya por delante que su voz no es latina y que podrán hallarse otras voces
de ayer u hoy más correctamente raciales. En todo el resto no es que
Kaufmann sea mejor o peor sino que es único. La flexibilidad de su emisión
puede con lo mate de su color y la anchura baritonal de su centro. Su
dicción italiana es cristalina y su recitación, de una variedad y una
intensidad hipnóticas. Baste oír los recitativos de Luisa Miller, I
masnadieri y La forza. Además, la omnipotente igualdad de sus registros, la
perfección de sus ligaduras y la nitidez áurea de sus ataques, más la
capacidad de emitir a cualquier altura dos frases seguidas en su solo
aliento con cualquier volumen, hacen de este recital una auténtica antología
verdiana.
Valdría la pena analizarlo, con un espacio mayor. Basten
algunas excelencias difíciles de cosechar fuera de su tarea. El si bemol con
que remata Celeste Aída, atacado pianísimo y morendo hasta ser voz mixta y
falsete en un hálito interminable; el remate agudo de O tu che in seno agli
angeli, servido con un hilo de voz que aumenta de volumen hasta vibrar
anchamente; la alternancia de octavas al decidir una estrofa en el Ballo con
graves de tinta china; el trino en la romanza de Il trovatore. Súmese la
diversidad de caracteres de los personajes y situaciones, a veces en una
sola escena, como cuando debe despiezar las contradicciones y tensiones de
Don Carlos, retratar el candoroso heroísmo de Radamés o el descaro
canallesco del Duque de Mantua. Oír para creer.
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|