Por
fin llegó. Y más abajo puedes ver un vídeo con detalles de la
grabación. En la edición de abril ÓPERA ACTUAL tuvo acceso al
producto estrella de la temporada, el Otello verdiano que
grabaron en junio y julio del año pasado, en el Auditorium Parco
della Musica de Roma, el tenor Jonas Kaufmann y el barítono
Carlos Álvarez, junto a la soprano Federica Lombardi y a los
cuerpos estables de la Accademia de Santa Cecilia, todos bajo la
dirección de Antonio Pappano. La grabación –que se lanza en
formato físico y digital el 12 de junio, y para reservarlo
puedes seguir este enlace:
https://sonyclassicalspain.lnk.to/JonasKaufmannnd– llega para
convertirse en una de las más interesantes de las muchas que
existen en la discografía y, por su calidad, se transformará en
histórica, pero también hay que tener en cuenta que marca un
punto y seguido en la historia del disco al tratarse en un
proyecto que devuelve la ópera al estudio de grabación después
de que la ópera grabada se hubiese limitado casi únicamente a
registros captados de actuaciones en vivo.
El caso es que
habemus Otello. ¡Y con qué Otello! Jonas Kaufmann se mete en la
piel del Moro de Venecia con total autoridad. A su canto
apasionado une un fraseo divino –incorporando en momentos clave
esos pianísimos que a él tanto le gustan y que con micrófono
funcionan– y un absoluto control dramático del rol al que
describe con los acentos necesarios en cada frase emitida con su
timbre broncíneo, de tintes oscuros, y apta para el papel.
Su antagonista, el malagueño Carlos Álvarez, alcanza cotas
insuperables y vuelve a impresionar por su Jago brillante, un
personaje que sabe construir con todas sus aristas demoníacas
transportadas a un canto simplemente insuperable, cargado de
ironía, de cinismo y de maldad. Y si domina sin problemas las
agilidades del brindis, en el Credo está absolutamente perfecto.
Un Jago histórico.
Convence ampliamente la Desdemona de
Federica Lombardi, una voz de timbre atractivo a pesar de cierta
tendencia a los sonidos fijos, pero que sabe dominar los
pianísimos y controlar sin problemas tanto el centro como los
extremos del registro, siempre muy expresiva. En su escena del
cuarto acto está genial.
Otro de los pilares de este
Otello es, sin lugar a dudas, el punto de vista de Antonio
Pappano, quien apuesta por una versión cargada de teatralidad
–suenan espadas o cañones donde tienen que escucharse– y de alta
tensión dramática, consiguiendo pequeños milagros tanto del Coro
como de la maravillosa Orquesta de la Accademia de Santa
Cecilia, un conjunto que suena a gloria. Algún efecto resultará
polémico, como el final del dúo de amor del primer acto, pero el
momento del asesinato es impresionante.
Correcto el
ligero Cassio de Liparit Avetisyan y son un buen complemento las
aportaciones de la Emilia de Virginie Verrez, el Roderigo de
Carlo Bosi, el Lodovico de Riccardo Fassi y el Montano de
Fabrizio Beggi. Una Selección ÓPERA ACTUAL.
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