Miami Clasica, 15/10/2021
SEBASTIAN SPRENG
 
 
Liederabend, Miami, 14. Oktober 2021
 
“Y todo a media voz” en Miami
La expectativa era grande. Para su ansiado debut en Miami, Jonas Kaufmann logró atraer una importante cantidad de público a la sala Knight del Arsht Center, un hito si se tiene en cuenta que hoy es difícil atraer audiencias a recitales vocales – máxime sólo con piano – no sólo aquí sino en la mayoría de las plazas musicales. Una hazaña para el cantante y mérito de quienes apenas empiezan a sacudirse la pandemia superando la fobia que implica asistir a espectáculos en ámbitos cerrados, sin contar con los engorrosos protocolos y tiempo extra requeridos. Gran parte de esa audiencia estuvo conformada por sus fanáticos así como conocedores del género; asimismo, otra neófita y curiosa venia a ver al “mas grande tenor del momento”, bienvenido nuevo público que podría convertirse en “habitué”.

Calurosamente recibido y después de pedir que no aplaudieran entre canciones, “a menos que no puedan contenerse”, el tenor agregó jocoso, inició la primera sección íntegramente dedicada a canciones de Franz Liszt; de hecho, la totalidad del recital fueron extractos de sus dos últimos compactos grabados durante la pandemia en un ámbito íntimo. Del mismo modo, la inmensa sala se convirtió en un recinto del canto mas sutil. Y debe decirse, que la falta de textos de las canciones en el programa se hicieron sentir. Su timbre peculiar, de tenor lírico atemperado con tintes oscuros, inmediatamente reconocible – la firma del cantante decia el legendario productor Walter Legge – corrió por la sala en tres espléndidos Lieder poco conocidos del compositor que Kaufmann y su soberbio acompañante, Helmut Deutsch se están ocupando de popularizar. El aplauso fue incontenible después del clásico Sueño de amor que las abuelas tocaban al piano, esta vez por una voz dulcísima desgranando el texto de Ferdinand Freiligrath. A partir de allí, Kaufmann pareció comenzar a apagarse, la chispa no acabó de encender completamente una noche soñada por todos. No obstante, Die drei Zigeuner contó con la debida teatralidad y autoridad y Die Loreley con un notable pianisimo final que ya es marca de fábrica del cantante.

Una breve pausa que algunos creyeron intervalo provocaron apurones al regresar y encontrarse al tenor atacando la segunda parte integrada por breves bombones de la literatura liederística, mas cercanos a la categoría bises que a la estructura de un recital formal. Desde la canción de cuna de Brahms (un clásico bis de despedida de ilustrísimas como Elisabeth Schwarzkopf o Christa Ludwig) a dos tradicionales del género como Nur wer die Senhsucht kann de Tchaicovsky y Als die Mutter de Dvorak a dos joyitas schubertianas como Die Musensohn y Wanderers Nachtlied II pasando por Selige Studen de Zemlinsky y Verborgenheit del hoy injustamente olvidado Hugo Wolf, mas allá de las sutilezas del caso Kaufmann cantó a media voz sintiéndoselo reticente incluso en Zueignung sin la luminosidad jubilosa que corona esa declaración de Richard Strauss. El recital concluyó con un taciturno Ich bin der Welt abhanden gekommen, quizás la mas bella canción de Mahler.

Párrafo aparte merece la eximia tarea del pianista Helmut Deutsch a través de toda la noche; a la par y por momentos opacando al cantante con un despliegue claro, justo, soberano, ejemplar en todo sentido.

Conocido por su generosidad en los bises, esta vez y después de sostenidas ovaciones, Kaufmann sólo brindo uno, el brevísimo Es muss ein Wunderbares sein que en su letra se acercó al sentimiento de la velada: Sería maravilloso que….

Artista y espectador conforman el hecho artístico, es una unión indivisible; un ida y vuelta que crea una magia irrepetible originando un recuerdo que perdura para siempre. A todo disfrutador del arte le ha pasado vivir un antes y un después con alguna experiencia artística. La entrega del artista debe ser total para seducir, subyugar y en algunos casos, “domar” al público hasta rendirlo a sus pies. Un triunfo que es desafío por partida doble. En esta ocasión, muchos quedaron satisfechos, otros algo desconcertados y algunos con gusto a poco. Quizás haya una próxima, que sea pronto, Y dicho sea de paso, felicitaciones a la Serie Clásica del Arsht por posibilitar este importante debut para Miami.






 
 
  www.jkaufmann.info/td> back top