El tenor bávaro Jonas Kaufmann se presentó en un recital solista en el
Carnegie Hall de Nueva York a sólo dos días de haber debutado el rol de
Werther para el continente americano en una nueva producción escénica junto
a la Charlotte de Sophie Koch en el Metropolitan Opera.
En la hermosa
sala la noche comenzó con cinco canciones seleccionadas de Zwölf Gedichte
(Doce poemas) de Robert Schumann. El tenor eligió la primera (“Lust der
Sturmnacht”), la cuarta (“Erstes Grün”), la séptima (“Wanderung”), la novena
(“Frage”) y la undécima (“Stille Tränen”). Las cinco partituras sirvieron de
buen inicio.
Casi sin pausa, Kaufmann, acompañado por el pianista
Helmut Deutsch, acometió el ciclo Dichterliebe (Amor de poeta) de manera
íntegra, también de Robert Schumann. Ya más asentado y con las posibilidades
estéticas del ciclo completo y sus diferentes estados de ánimo, el tenor le
dio el matiz justo a cada una de las frases con una voz que maneja a su
antojo y que puede ir desde un susurro al agudo pleno.
Los Wesendonck
Lieder de Wagner, pensados originalmente para voz femenina, no defraudaron
en la voz de Kaufmann, que cautivó aquí por su variedad de matices e
intencionalidades, su soltura estilística y su belleza vocal. El recital se
cerró con Tres sonetos de Petrarca de Liszt vertidos en forma exquisita por
la voz del tenor muniqués.
Ante el júbilo del público ofreció seis
bises o propinas. Cuatro lieder de Richard Strauss (“Breit über mein Haupt
dein Schwarzes Haar”; “Heimliche Aufforderung”; “Freundliche Vision” y
“Cäcilie”); nuevamente Schumann con “Mondnacht” de su Liederkreis; para
finalizar con una versión bilingüe en alemán e inglés de “Gern hab ich die
Frau’n geküβt” de la opereta Paganini de Franz Lehár.
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