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ProOpera, Mexico, Marzo-Abril
2009 |
por Gustavo Gabriel Otero |
Beethoven: Fidelio, ParisParís, Nov/Dez 2008
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Fidelio en París
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El marco escénico de Jan Versweyveld nos muestra
lo que parece una oficina muy moderna con los más sofisticados recursos
tecnológicos y que en realidad es una compleja prisión. Las luces de neón y
de tubos de iluminación siempre iguales terminan por generar el clima de
opresión que requiere la obra. Los trajes de Greta Goiris acentúan el clima
frío de esta prisión tecnológica con vestidos en la gama de los colores
pastel claro, y en el final las mujeres del pueblo se sacan sus tapados
ocres para mostrar sus ropas coloridas, con lo que se crea el clima de
festejo que debe tener esta escena. La propuesta actoral de Johan Simons
luce creíble y coherente. Todo es pulcritud en esta prisión pos-moderna.
El maestro Sylvain Cambreling presentó una versión adecuada de la obra sin
mayor vuelo pero con corrección general. Angela Denoke ofreció una
profesional Leonora/Fidelio con adecuada línea de canto, con algún débito en
la zona grave del registro y problemas vocales en puntuales notas agudas.
Jonas Kaufmann impresionó por su enorme caudal, su línea de canto depurada,
su fraseo y sus matices como Florestán.
Franz-Josef Selig ofreció un Rocco de depurada línea vocal y exquisito
color, mientras que Julia Kleiter fue una Marcelina de voz cristalina. El
Pizarro de Aland Held derrochó maldad desde lo actoral y calidad vocal en su
canto. Con lo que hay que tener el Don Fernando de Paul Gay y el Jaquino de
Ales Briscein. Correcto el resto del elenco y de muy buena prestación el
coro estable de la mano de Winfried Maczewski. |
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