|
|
|
|
|
Proopera, Magazin, Mexico |
Daniel Lara |
Mozart: Die Zauberflöte, Metropolitan Opera, Octubre 2006
|
Die Zauberflöte
|
|
En estos últimos anos la dirección del Met ha atravesado
momentos difíciles en lo que se refiere a afluencia de publico. Esta
situación ha sido generada en buena parte por la disminución de turistas
-una de las principales fuentes de ingresos de la taquilla-, la falta de
divos mediáticos capaces de atraer público y una proliferación de buenas
ofertas en otros teatros líricos americanos. Esto obligó a la dirección
del Met a mirar con buenos ojos e intentar captar parte del público que
asiduamente concurre a los espectáculos de Broadway y para quienes la
ópera es algo tan extraño como lejano.Tal parece haber sido el objetivo de
convocar a la destacada regista Julie Taymor para esta nueva producción de
La flauta mágica de Mozart. La directora de escena carga en su haber toda
una larga lista de éxitos, entre los que figura la puesta en escena de una
de las mas exitosas, taquilleras y premiadas comedias musicales
presentadas en Broadway: El Rey León, así como de varias renombradas
películas como Titus y Frida.Su debut en el mundo de la ópera no pudo ser
más auspicioso.
Taymor y su equipo han hecho un trabajo monumental con la ópera de Mozart.
Posiblemente ésta sea de lejos la mejor producción presentada en el Met en
los últimos años. Ayudada por un manejo lumínico excelente, un vestuario
de una creatividad superlativa y la utilización de desopilantes
marionetas, Taymor creó todo un mundo de fantasía y ensueño que funciona a
la perfección con el espíritu de la ópera mozartiana. Es así como en este
mundo de fantasía, los personajes de la ópera se entremezclan con animales
fantásticos, comida voladora y sinnúmero de efectos especiales que hacen
la delicia de grandes y chicos. En lo estrictamente vocal, ya desde las
primeras frases pudo intuirse cuan próximo se encuentra el rol de mino a
la vocalidad del tenor alemán Jonas Kaufmann, quien ya en el aria del
retrato "Dies Bildnis ist bezaubernd schön..." lució una impecable línea
de canto y una voz llena de gilidad y ductibilidad, atributos que hicieron
de su composición del Príncipe Tamino un modelo de virtuosismo vocal a lo
largo de toda la ópera. Mimado del publico local, el barítono americano
Nathan Gunn aportó sus magníficas cualidades de actor cantante para
componer un Papageno pleno de frescura y comicidad que supo meterse al
público en el bolsillo y convertirse en uno de los puntales del éxito de
la produccion.La soprano húngara Erika Miklósa es considerada una de las
mejores Reinas de la noche del momento y tiene condiciones
sobradas para detentar dicho título. Su canto fue de una espeluznante
precisión técnica que encontró todo su esplendor en la estratosférica
tesitura que le asigna la parte, sin que ello condicionara un ápice de la
expresividad ni del refinamiento con las que encaró su prestación de la
reina de las fuerzas del mal. No fue menos la soprano Isabel Bayrakdarian,
quien compuso una cautivante y musical Pamina de medios estupendos y
generosa emisión. El aria "Ach, ich fühl's..." y su dúo con Tamino fueron
dos de los momentos de mayor nivel vocal-interpretativo de la noche. Un
absoluto acierto resultó encomendar a Stephen Milling la composición de
Sarastro. El bajo danés posee un timbre resonante y opulento no falto de
la autoridad y la prestancia que requiere el rol del gran sacerdote. Su "O
Isis und Osiris..." fue entusiastamente recibido por un público subyugado
ante tanto derroche de buen canto. El coro estuvo correcto. A cargo de la
dirección musical, el director americano Scott Bergeson obtuvo de la
orquesta una lectura plena de vitalidad, dinamismo y claridad, siempre
atento a que el movimiento escénico fluyera sin inconvenientes. |
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|