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Madrid Actual, 07 de enero de 2016 |
Por Concha Barrigós |
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Jonas Kaufmann: Tengo el virus de la ópera, pero la "royal class" es el lieder
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Jonas Kaufmann, "el súpertenor", lleva en su sangre "el virus" de la ópera
desde que tenía 6 años aunque para él la "royal class" del género vocal es
el lieder y por eso está seguro de que el recital que ofrecerá el domingo
para inaugurar las conmemoraciones del bicentenario del Real "encantará" al
público.
El alemán sólo ha estado antes en el Real en una ocasión, en
1999, para sustituir a Zoltan Todorovich en el papel de Tito en "La clemenza
di Tito", aunque estuvo a punto de debutar, en 2008, con "Fidelio", dirigido
por Claudio Abbado, pero se rompió una costilla en un accidente casero y
tuvo que renunciar.
"Haber sido elegido para abrir las
conmemoraciones de los 200 años del Real es un gran honor y estoy encantado
de formar parte de ello, sobre todo teniendo en cuenta que tuve que cancelar
'Fidelio'", explica en una entrevista con EFE.
Para una fecha tan
importante ha querido un recital de lieder -canciones líricas o lied-, a
pesar de que "mucha gente" piense que es "un modelo desfasado, muy especial
e incluso elitista, destinado solo a conocedores y expertos".
"El
lied no es solo para unos cuantos elegidos. Las canciones de Mahler, Strauss
y Britten que interpretaré en Madrid llegan a las grandes audiencias.
Incluso si no sabes nada de ellas te capturan inmediatamente. Crean una
atmósfera de contemplación, de escucha de tu voz interior, de tus
sentimientos", defiende.
Para él el lieder es la "royal class" de los
géneros vocales porque, explica, "exige más delicadeza y cuidado que
cualquier otra disciplina vocal, un gran esmero con la forma de manejar el
texto y la música".
Al contrario que en la ópera, revela, en los
recitales se siente "absolutamente libre", sin ataduras ni convenciones:
solo él y el pianista lo que implica una gran responsabilidad, porque
también solo él tiene que cuidar de que todo fluya y mantener "un altísimo
nivel de principio a fin".
Además, subraya, en España hay una larga
tradición en el arte del lieder, especialmente en Madrid, así que está
absolutamente convencido de que su propuesta "encantará".
El hecho es
que las entradas se agotaron nada más ponerse a la venta, no solo por el
"excelente" programa sino porque hay mucha curiosidad por escuchar a este
muniqués "absurdamente guapo", una rara avis en el mundo de la lírica porque
su transformación de tenor lírico-ligero a tenor dramático es, que se
conozca, única en la historia de la ópera, por no hablar de su talento
actoral.
"La ópera fue el virus que me infectó cuando era un niño,
una tarde de domingo en una representación familiar en la Bayerische
Staatsoper de 'Madama Butterfly'. Tenía 6 ó 7 años. Pero eso no significa
que sea lo único con capacidad de cambiarle la vida a alguien. Eso sucede
con cada arte y con cada buena música, sea una sinfonía, una canción pop o
un lied", explica.
Kaufmann, que tiene previsto debutar "Otelo" en el
Covent Garden en 2017, siempre ha sostenido que los primeros 40 años de un
tenor son para "hacer la voz" y ahora, a los 46, cree que está preparado
para nuevas emociones.
Desvela que después grabar para su disco
"Verdi Album" los monólogos de "Otelo" y cantar su "maravilloso dueto de
amor" en un concierto estuvo tentado a hacer ese rol.
"Pero me dije
'vete con cuidado, esta música tiene un giro tan dramático que te puede
arrastrar emocionalmente, mejor espera un par de años'. Y es lo que hice. Y
creo que fue la decisión adecuada", recalca.
Con Wagner y los papeles
de Tristan y Siegfried, precisa, "la cosa es distinta".
"Primero
vendrá 'Tannhäuser', que está en el top de mi lista de deseos. Por supuesto
que cantaré el dueto de amor de Tristan en concierto, y creo que algún día
podría cantar Siegfried en "Götterdämmerung" (El ocaso de los dioses), pero
¿llegaré algún día a cantar el monólogo final del tercer acto de 'Tristan' y
el papel entero del joven Siegfried?. Veremos".
Le gusta la
versatilidad, mezclar el repertorio alemán, italiano, francés e inglés,
cantar ópera, lied, opereta, oratorio e incluso temas pop, como ya hizo para
su disco "Du bust die Welt für mich",
"No quiero estar mucho tiempo
en la zona de confort. Siempre estoy buscando retos, pero no en plan 'record
guiness' sino en términos de desarrollo artístico. Tristan y Siegfred son el
Everest, eso es seguro, pero hay muchos otras cimas que escalar que tienen
similar atractivo pero menor riesgo", concluye. |
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