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El Mercurio, 26 DE JULIO DE
2010 |
JUAN ANTONIO MUÑOZ H. |
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Bayreuth consagra a Jonas Kaufmann a pesar del ejército de
ratas
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El tenor alemán fue elevado a
las alturas tras su interpretación del rol titular de “Lohengrin”. |
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Nuevamente
el público estuvo dividido ayer en la apertura de la 99a edición del
Festival de Bayreuth, consagrado a la obra de Richard Wagner. Y otra vez el
punto en conflicto fue la régie, confiada
a un aclamado director de escena, Hans Neuenfels (69), quien convirtió a la
legendaria sociedad de Brabante de la ópera “Lohengrin” en un ejército de
ratas que atormentan a Elsa, la protagonista, y que se empeñan en destruir
los valores de su mundo.
Las ratas negras y rosadas con ojos rojos (diseño de Reinhardt von der
Thanen) causaron irritación, hilaridad y también muchos aplausos porque
Bayreuth, debido a las propuestas de las nuevas directoras, Eva y Katharina
Wagner, también ha recibido en estos últimos años a un público joven
dispuesto a ver puestas en escena novedosas y rupturistas. Es así como el
controvertido montaje de “Los Maestros Cantores de Nürenberg”, diseñado por
la propia Katharina, vuelve este año en gloria y majestad.
Neuenfels —hasta hace poco considerado el “niño salvaje” del teatro
alemán—optó además por cuestionar al héroe, al que convirtió en un cazador
de roedores. A su juicio “nadie puede llegar a un lugar y decir ‘no
pregunten nada sobre mí’. Eso es un atentado a la democracia”, señala. En
relación con lo que significa para él este debut en Bayreuth es tajante:
“Este es un lugar cargado de historia, pero yo no siento el mito como una
carga o una obligación. Yo pienso que es un lugar de trabajo con muchos
debates, rupturas y contradicciones. No me dejo esclavizar ni asfixiar por
el mito”.
El propio régisseur acepta haber tenido roces con las directoras: “Antes,
otros los tuvieron con Wolfgang Wagner. Yo los tengo con dos mujeres. Una es
muy joven, Katharina, y la otra mayor, Eva. Como yo soy el mayor del trío,
los puntos de roce son variados. Yo diría que la fricción ha permanecido,
aunque un poco desplazada”, declaró a Deutsche Welle.
Pero nada de eso opacó el triunfo del tenor Jonas Kaufmann como Lohengrin,
ovacionado y verdadero héroe de la jornada. Sus dotes de actor y una voz que
parece permitirle hacer cualquier cosa sellaron un triunfo unánime. El
público llegó a momentos de alta emoción con su entrañable manera de cantar
la despedida final (“In fernem Land”). Nadie canta hoy a Wagner con un
legato tan maravilloso y pianísimos tan impresionantes”, escribe desde
Alemania la experta Marion Tung.
Con él, también fueron muy aplaudidos el coro y la soprano Annette Dasch
(delicada Elsa). La función fue transmitida en directo por internet a través
de la radio Hr2 Kultur.
El público se agolpó a la entrada del teatro y copó las localidades. Las 58
mil entradas vendidas para el ciclo no fueron suficientes, ya que cada año
la demanda es ocho veces superior a la oferta. El desfile de personalidades
estuvo presidido por la canciller de Alemania, Angela Merkel, habitual en el
encuentro desde mucho antes de su figuración política, y su esposo Joachim
Sauer, ambos wagnerianos. También estuvieron los ministros de Defensa,
Karl-Theodor zu Guttenberg, y el de Exterior, Guido Westerwelle. Pero las
autoridades estuvieron a punto de ser eclipsadas por el popular presentador
y showman de la televisión alemana Thomas Gottschalk, aclamado por los
visitantes que se agolparon en la “Verde Colina”.
En este ambiente de fiesta, aplausos y controversia, hoy en Bayreuth, el
tenor Jonas Kaufmann presentará un libro acerca de su vida, “Meinen die
wirklich mich”, escrito por el editor jefe de “Opernwelt”, Thomas Voigt. |
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