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El Mercurio.cl, 4. September 2009 |
Juan Antonio Muñoz H. |
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5 estrellas, EL ARTE DE JONAS KAUFMANN
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Es la estrella de recambio para los tenores mayores. Un artista y no sólo un
cantante. Pareciera sostener en sus manos la tensión de la ópera completa.
La voz de Jonas Kaufmann (1969) tiene tintes baritonales y gran extensión, y
él sabe explotar matices y proponer encuentros diferentes para cada frase.
En el teatro es un actor que cautiva. Basta verlo en la escena final de
"Traviata", casi muriendo junto con Violetta (París, con Christine Schäfer),
o haciendo inevitable el asesinato de la Carmen de Anna Caterina Antonacci
(Londres). Es raro un tenor así. Su álbum para Decca lo muestra como
intérprete de amplio rango, desde el "Werther" de Massenet (que canta en La
Bastilla en 2010) a Wagner (Bayreuth lo espera para su próximo "Lohengrin",
que ya hizo en München). Su reciente "Madama Butterfly" (EMI) con Angela
Gheourgiu casi hace olvidar la materia de que está hecho Pinkerton. Como si
fuera poco, es un Florestán ("Fidelio") conmovedor. Quienes tengan el disco
"Bel sogno", de Cristina Gallardo-Domâs, podrán escucharlo como Alfredo.
En el teatro es un actor que cautiva. Basta verlo en la escena final de
"Traviata", casi muriendo junto con Violetta. |
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